Dieciséis templos reconocidos como Patrimonio Mundial por la Unesco podrán ser visitados de martes a sábado hasta abril de 2025, con guías locales que compartirán su historia y tradiciones.
Chiloé, conocido por su riqueza cultural y paisajes únicos, da un paso importante en la promoción de su patrimonio. Hasta abril de 2025, 16 iglesias declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco abrirán de manera permanente sus puertas a turistas nacionales e internacionales. Esta iniciativa busca potenciar el turismo y preservar las tradiciones locales.
Estas iglesias, ubicadas en Castro, Dalcahue, Puqueldón, Quinchao, Chonchi y Quemchi, son ejemplos excepcionales de arquitectura en madera, tradición y espiritualidad. Hasta ahora, su acceso estaba restringido a ciertas épocas del año, pero con este nuevo plan, estarán disponibles de martes a sábado, de 10:00 a 18:00 horas.
Entre las iglesias abiertas destacan:
- Nuestra Señora de los Dolores (Dalcahue)
- Santa María de Loreto (Achao)
- Jesús Nazareno (Caguach)
- San Antonio de Colo (Quemchi)
- Nuestra Señora del Rosario (Chelín y Chonchi)
Los visitantes podrán descubrir su arquitectura única, sus ornamentos artísticos y las historias que las rodean, contadas por 16 anfitriones locales capacitados para guiar a los turistas.
Los anfitriones pertenecen a las comunidades locales, muchas de las cuales han participado en la restauración y mantenimiento de los templos. Este equipo fue capacitado en temas como las técnicas de construcción en madera y los aspectos históricos de cada iglesia. Según Natalia Cruz, directora ejecutiva de la Fundación Iglesias Patrimoniales de Chiloé, “esta iniciativa fortalece el rol histórico de las comunidades como guardianas de estos templos”.
Para promover la visita a estas iglesias, los organizadores han creado un “pasaporte turístico”, disponible en el Museo de las Iglesias en Ancud. Los visitantes podrán sellarlo en cada iglesia recorrida, creando un registro personal de su experiencia.
La apertura permanente de las iglesias es resultado de una alianza entre la Fundación Ibáñez Atkinson y la Fundación Iglesias Patrimoniales de Chiloé, que desde 2023 han trabajado en proyectos de fortalecimiento comunitario y conservación patrimonial. Entre las acciones destacadas están la normalización eléctrica de templos como Colo, Detif e Ichuac, asegurando su preservación y seguridad.
Daniela del Valle, gerente general de la Fundación Ibáñez Atkinson, señaló que “el patrimonio no solo está compuesto por espacios físicos, sino también por las tradiciones y las personas que le dan vida. Esta apertura busca potenciar tanto la cultura como el turismo sostenible en la región”.