Durante dos jornadas, representantes de importantes DMCs recorrieron viñas del Valle de Colchagua, explorando experiencias personalizadas, turismo sustentable y servicios para eventos. La primera jornada incluyó visitas a Ravanal, Maquis y Lolol, con actividades que integraron vino, naturaleza y patrimonio.
Con el objetivo de posicionar al Valle de Colchagua como un destino enoturístico integral y competitivo, Enjoy Wine Tours organizó el primer Fam enfocado exclusivamente en viñedos de la zona, los días 8 y 9 de octubre.
La instancia convocó a representantes de destacados DMCs nacionales como OTSI, Alchemy, CTS y Turavion, quienes pudieron conocer de primera mano la diversidad de propuestas ofrecidas por cinco viñas del valle, así como el potencial del territorio para el desarrollo de productos turísticos innovadores.
La primera jornada comenzó con una visita a Viña Ravanal, una bodega de tradición familiar con fuerte enfoque exportador, que también comercializa parte de su producción en Chile. Además del clásico recorrido por la bodega y una cata guiada de sus principales cepas, los asistentes participaron en la actividad “Arma tu propio vino”, una experiencia didáctica y lúdica en la que los grupos pudieron crear sus propios ensamblajes a partir de Merlot, Cabernet Sauvignon y Carmenère, diseñar etiquetas y bautizar sus botellas.
Esta dinámica ha demostrado ser ideal para eventos corporativos tipo team building, así como para grupos de amigos y familias. Ravanal cuenta también con capacidad para eventos de hasta 120 personas y una sala de reuniones tipo directorio, lo que la convierte en un espacio versátil para encuentros empresariales o celebraciones privadas.
Luego, la comitiva se trasladó a Viña Maquis, reconocida por producir únicamente vinos premium. La visita incluyó una degustación enfocada en cepas de alta gama, como el Cabernet Franc, y un recorrido por las instalaciones donde se pudo conocer su propuesta de turismo sustentable.
La viña ofrece actividades al aire libre como paseos en kayak por uno de los cursos de agua que la rodean, picnic en zonas verdes, cosecha en su propia huerta orgánica y talleres de cocina con productos de la zona.
Además, propone rutas autoguiadas en bicicleta, con una duración flexible según el ritmo del visitante. Maquis destaca también por su privilegiada ubicación geográfica, situada entre un río y una quebrada, lo que le otorga un paisaje fértil, sombreado y atractivo para el desarrollo de experiencias en contacto con la naturaleza.
El día concluyó con una visita al pueblo de Lolol, declarado Zona Típica por su valioso patrimonio arquitectónico y cultural. En el centro histórico, los participantes fueron recibidos por funcionarios de la oficina de turismo municipal y posteriormente compartieron una cena íntima en un restaurante local.
La velada incluyó la degustación de vinos orgánicos de pequeños productores del sector, entre ellos la Viña François Lurton, cuyos vinos son elaborados de forma biodinámica y con fuerte orientación a mercados internacionales. Las etiquetas de los vinos, hechas a mano por el propio dueño-artista, y el carácter autóctono del encuentro reflejaron la identidad local del territorio.
Mientras parte de la delegación —incluida la periodista presente en esta cobertura— regresó por compromisos previos, el resto del grupo continuó con la segunda jornada, que incluyó alojamiento en la casona de Viña François Lurton Araucano, una residencia originalmente privada que hoy está disponible para arriendos turísticos y eventos exclusivos. La propiedad, ubicada en las faldas de un cerro, ofrece una vista panorámica sobre el valle, piscina, quincho y capacidad para hasta 12 personas en habitaciones matrimoniales y twin. Se trata de un espacio ideal tanto para retiros corporativos como para celebraciones familiares.
En esta viña se destacan prácticas de agricultura orgánica y biodinámica, con uso de compostaje natural a base de manzanilla, cuarzo y otras hierbas, guiadas por un calendario astronómico que determina los ciclos de poda, riego y suplementación. Además de las catas, se ofrecen experiencias como senderismo de baja dificultad hasta un mirador, y picnic en zonas especialmente acondicionadas del terreno.
El itinerario finalizó en Viña MontGras, una de las marcas más reconocidas en el mercado local, con amplia presencia en retail. Allí, los participantes realizaron un tour por la bodega y participaron nuevamente de una actividad de ensamblaje de vino, esta vez con un enfoque más introspectivo y personalizado: cada visitante creó su propia mezcla, aprendiendo sobre maridaje con distintos tipos de alimentos (quesos, carnes, platos picantes) y sellando su botella con cera y etiqueta con nombre personalizado. El almuerzo, servido en el patio de la casona en una jornada soleada, cerró la experiencia con gastronomía chilena de alto nivel, destacando un postre innovador: mousse de mote con huesillo, que sorprendió por su presentación y sabor.
Este primer Fam dejó en evidencia la madurez del Valle de Colchagua como destino turístico integral, donde el vino se complementa con patrimonio, gastronomía, naturaleza y hospitalidad. La variedad de propuestas, desde viñas boutique hasta casas señoriales con alojamiento, lo posicionan como un territorio apto tanto para turistas tradicionales como para grupos corporativos, operadores internacionales y viajeros en búsqueda de experiencias auténticas y sustentables.

