El Ministerio de Turismo brasileño publicó una normativa que regula los horarios de ingreso y salida, la duración de las estadías y los servicios de limpieza. La medida busca brindar mayor claridad al consumidor y seguridad jurídica al sector.
El Ministerio de Turismo de Brasil dio a conocer una nueva reglamentación que busca estandarizar los procedimientos de ingreso y egreso en los distintos tipos de hospedajes turísticos del país. La norma, que entrará en vigencia en 90 días, apunta a fortalecer la transparencia en la relación con los consumidores y a brindar un marco más seguro para los prestadores de servicios turísticos.
La medida alcanza a todos los establecimientos registrados bajo la categoría de hospedaje, como hoteles, posadas, resorts, hostels, apart-hoteles y alojamientos en zonas naturales. En cambio, no se aplica a propiedades residenciales alquiladas a través de plataformas digitales como Airbnb o Booking.
Uno de los puntos centrales de la normativa establece que la tarifa diaria debe contemplar un período de 24 horas. Sin embargo, los establecimientos podrán destinar hasta tres de esas horas a tareas de limpieza y acondicionamiento del alojamiento, sin costo adicional para el huésped. De esta forma, se garantiza al menos 21 horas de uso efectivo por día.
Además, la norma indica que cada establecimiento debe definir e informar de manera clara los horarios de check-in y check-out al momento de la contratación. También se contempla la posibilidad de permitir ingresos anticipados o salidas posteriores, siempre que se informe previamente al cliente y exista disponibilidad. En estos casos, se podrá aplicar un cargo adicional.
Otro aspecto relevante es que todos los alojamientos deberán cumplir con estándares mínimos de limpieza, incluyendo la higiene completa de la unidad y el recambio de sábanas y toallas, con una frecuencia acorde al perfil del establecimiento.
La fiscalización de estas nuevas disposiciones estará a cargo del Ministerio de Turismo brasileño, conforme a lo establecido por la Ley Nº 11.771/2008, que regula la actividad turística en el país. En caso de incumplimientos, se prevén sanciones que incluyen advertencias, multas y otras medidas administrativas.
Con esta iniciativa, el gobierno brasileño busca unificar criterios en la prestación de servicios de hospedaje y fomentar condiciones de competencia más equitativas dentro del sector turístico.