Un año después de los Juegos Olímpicos, la capital francesa experimenta un auge turístico impulsado por el “efecto JO”. Sin embargo, las autoridades alertan sobre el riesgo de saturación en zonas emblemáticas.
París vuelve a posicionarse como uno de los destinos más codiciados del mundo. Un año después de haber sido sede de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2024, la capital francesa registra un notable aumento en la llegada de turistas, fenómeno que las autoridades locales atribuyen al denominado “efecto JO”.
De acuerdo con cifras difundidas por el portal de noticias RMC, el turismo creció un 12% entre enero y junio de 2025 en comparación con el mismo período del año anterior, acercándose así a los niveles de la era pre-COVID. Además, entre el 1° y el 20 de julio, las pernoctaciones hoteleras se incrementaron un 15,4%, mientras que la ocupación hotelera subió un 15,8%.
El empuje principal proviene del turismo internacional, particularmente de Estados Unidos. Según la Oficina de Turismo de París, cerca de 911.000 turistas estadounidenses visitaron la región del Gran París en ese período, lo que representa un aumento del 18,4%. También se ha reportado un crecimiento sostenido de visitantes provenientes de Canadá, Reino Unido, Alemania y Bélgica.
Este fenómeno turístico tiene un componente emocional ligado a los recuerdos del megaevento deportivo. Varios turistas relataron que eligieron París como destino de viaje después de haber quedado impactados por cómo se veía la ciudad en la televisación de los juegos.
Muchos turistas, inspirados por el espíritu olímpico, optaron incluso por actividades simbólicas como navegar por el Sena, tal como lo hicieron los atletas en la inauguración de 2024.
Pero el auge no solo se refleja en el turismo tradicional. Según informó Franceinfo, surgió un nuevo fenómeno denominado “turismo festivo”, caracterizado por una alta participación en actividades nocturnas y culturales, como eventos musicales y fiestas en clubes. Frédéric Hocquard, adjunto a la Alcaldía de París encargado del turismo y la vida nocturna, señaló a TF1 que “los Juegos Olímpicos fueron una fiesta” y destacaron la exposición internacional de la escena musical francesa.
No obstante, esta bonanza turística también despierta preocupación. Hocquard advirtió sobre el riesgo de “sobreturismo” y subrayó la necesidad de implementar medidas de regulación para evitar tensiones con los residentes. “No queremos terminar como Barcelona o Ámsterdam, donde hubo reacciones negativas de los habitantes”, afirmó.
Actualmente, París recibe alrededor de 35 millones de visitantes anuales, pero las proyecciones indican que esta cifra podría alcanzar entre 40 y 45 millones. Para afrontar este desafío, las autoridades municipales proponen una redistribución del flujo turístico hacia zonas menos saturadas, aliviando así puntos críticos como los Campos Elíseos, Montmartre, la Torre Eiffel y el Marais.