Turismo en crecimiento: América Latina ante nuevos retos y oportunidades

El turismo internacional ha demostrado una recuperación notable en 2024 y los primeros meses de 2025, superando incluso las proyecciones previstas.  Según el barómetro de ONU Turismo, el pasado año se registraron 1.400 millones de llegadas internacionales, recuperando los niveles de antes de la pandemia. 

*Por Natalia Bayona – Exclusivo para Rèport News

Este año, solo entre enero y abril, se produjeron más de 300 millones de viajes, lo que representa un 5% más que en el mismo periodo del año anterior. Unas cifras que confirman la recuperación del sector, pero también que el turismo está en posición de ser un motor para la economía a nivel mundial.

¿Dónde estamos en América Latina?

Oriente Medio encabeza la lista de regiones con mejor desempeño, con un crecimiento histórico y aunque los porcentajes no ha sido igual en todas partes, la región de las Américas también muestra cifras positivas. En el primer cuatrimestre del año, las Américas recibieron un 2% más de turistas internacionales que en el mismo periodo de 2024, con Paraguay (con un 53% más), Brasil y Chile (ambos con un crecimiento del 48%) experimentando el mayor crecimiento frente al pasado año y el Salvador, con un 93% más, frente los niveles prepandemia. 

Estas cifras invitan a ver los cambios en la región, pero aún quedan retos que abordar en el camino hacia un sector más sostenible y que todos los integrantes de él reciban los múltiples beneficios que puede generar. Para lograrlo, es prioritario apostar por la diversificación en las inversiones turísticas, la innovación y la capacitación. Solo así se dotará de las herramientas necesarias a todas las partes que componen la cadena de valor del turismo y se hará frente a la informalidad. 

La mejora de las infraestructuras y la conectividad aérea también está entre las asignaturas pendientes de algunas zonas de América Latina y el Caribe. Los costos operativos y la falta de rutas directas tienen un efecto directo en los flujos turísticos y esto limita la movilidad, especialmente en destinos emergentes.

Además, hay que apostar por la seguridad, pues sin ella no hay turismo. En un momento de inestabilidad geopolítica global, es más necesario que nunca apoyarse en el multilateralismo para abrir el diálogo, pero también urge trabajar para aumentar la percepción de seguridad de los viajeros sobre los destinos. La confianza es primordial en el sector más humano de cuantos existen y debemos trabajar en la estabilidad y en hacer que viajeros y comunidades locales se sientan seguros. 

Un futuro lleno de oportunidades

Pero los desafíos son a la vez, una oportunidad para mejorar e innovar, y eso se traduce en un universo de posibilidades, especialmente para regiones con un patrimonio cultural y natural tan abundante como sucede en caso de las Américas. Su riqueza comienza con sus gentes y con el valor de sus comunidades. Apostar por ellas y por la innovación social es hacerlo en el futuro. Desde ONU Turismo llevamos desde mi llegada, en 2018 trabajando para identificar y apoyar esos emprendedores locales y en este tiempo hemos lanzado 33 retos y competiciones para startups con una participación de cerca de 18.000 emprendedores. Tal es el caso del Reto de turismo comunitario para Colombia, que finalizó el pasado mes de noviembre y al que se presentaron más de 550 propuestas. 

Con él y con algunos de los que estamos lanzando estos días, como el reto de Innovación Social, localizamos a esas nuevas emprendedurías e impulsamos su crecimiento con acceso a recursos educativos, capacitación y visibilidad, al tiempo que se les incluye en la red de emprendedores, algo vital en un sector que está compuesto en un 80% por MiPYMES.

Slow tourism y enfoque sostenible 

Precisamente por estar compuesto por tantos emprendedores, impulsar el acceso a la digitalización es importante para esas pequeñas y medianas empresas, ya que en un mundo cada vez más conectado, la tecnología puede ser un aliado poderoso en la gestión, pero también en la mejora de las experiencias del viajero. 

Los turistas, por su parte también están cambiando y virando hacia nuevas tendencias, como el slow tourism, con viajeros más conscientes de que los destinos no solo dejan una huella en ellos, sino también de que ellos dejan en el lugar que visitan. Por eso buscan experiencias auténticas y responsables con el entorno, lo que supone una gran oportunidad para impulsar el turismo comunitario y sostenible, especialmente en destinos turísticos emergentes. 

Todo esto supone una gran oportunidad para el turismo en las Américas, que vive un momento clave y que, si trabaja en todos esos factores podrá desarrollar todo su potencial. Con inversión inteligente, innovación y apuesta por la educación, América Latina puede consolidarse como uno de los destinos más dinámicos del mundo.

Natalia Bayona
 – directora ejecutiva de ONU Turismo