Una combinación de controles fronterizos, temor a detenciones y problemas con visados estaría ahuyentando a viajeros extranjeros. Mientras otros países facilitan el ingreso, Estados Unidos endurece sus políticas.
El turismo internacional en Estados Unidos enfrenta una caída significativa. Según el último informe del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), el país podría perder hasta 12.500 millones de dólares en gasto turístico extranjero en 2025, lo que implicaría un descenso del 22,5 % respecto a los niveles récord de 2019.
La causa no sería una simple desaceleración estacional. El informe atribuye la baja a un clima poco acogedor generado por políticas migratorias restrictivas, confusión con los visados y una percepción generalizada de inseguridad entre los viajeros. “Los turistas no quieren quedarse a vivir, solo quieren disfrutar del país y regresar a casa”, explicó Julia Simpson, presidenta del WTTC.
En contraste con esta tendencia, otros países como China están relajando los requisitos de ingreso para fomentar la llegada de visitantes internacionales. El informe señala que Estados Unidos es el único entre 184 países analizados que proyecta una baja en la llegada de turistas en 2025.
A pesar de tener la industria turística más grande del mundo —que generó 2,36 billones de dólares el año pasado— el 90 % de ese gasto fue doméstico. Según datos de la Asociación de Viajes de EEUU, los viajeros internacionales gastan en promedio ocho veces más que los nacionales, con un promedio de 4.000 dólares por visita.
La tendencia preocupa especialmente porque los mercados cercanos como Canadá y México también han reducido sus visitas, impactados por las tensiones diplomáticas, tarifas aduaneras y discursos políticos. En marzo, se registraron caídas significativas de llegadas desde Reino Unido, Corea del Sur y Canadá, según el Departamento de Comercio.
Sin medidas urgentes para recuperar la confianza de los visitantes internacionales, el WTTC advierte que el país podría tardar varios años en volver a los niveles previos a la pandemia.