El Raid Náutico Binacional celebrará su 34ª edición entre el 22 y 24 de noviembre, con una ruta que cruza la frontera a través de los canales fueguinos.
Más de 80 kilómetros de remada volverán a unir las costas de Argentina y Chile este fin de semana largo, en una nueva edición del Raid Náutico Binacional que organiza el Club Náutico “Ioshlelk Oten” de Río Grande. Con más de tres décadas de historia, la travesía no solo representa un desafío deportivo en aguas australes, sino también un puente de amistad y cooperación entre ambos países.
La edición 2025 del Raid recupera su formato original pospandemia, con partida en la comuna chilena de Timaukel, pernocte previo de la delegación argentina, y dos jornadas de navegación a remo hasta la ciudad fueguina de Río Grande. El evento, que se desarrolla del 22 al 24 de noviembre, contempla actividades de cierre con participación comunitaria, clínicas técnicas y una fuerte presencia institucional chileno-argentina.
Los participantes, provenientes de distintas regiones argentinas y chilenas, deberán afrontar dos días exigentes en un entorno natural atravesado por los vientos del sur. Desde la organización explicaron que las jornadas pueden implicar hasta 8 horas de remo, con velocidades promedio de entre 8 y 12 km/h según tipo de embarcación.
El primer tramo irá desde Timaukel hasta el sector conocido como Aurelia, donde los remeros descansarán antes de retomar el lunes 24 la remada hasta el Club Náutico de Río Grande. La coordinación binacional incluye a autoridades comunales, Prefectura Naval argentina, el cónsul chileno Roberto Ruiz Piracés y diversos clubes de remo de ambos lados de la cordillera.
Con 34 ediciones, el Raid ha consolidado un núcleo de remeros históricos y al mismo tiempo abre las puertas a nuevas generaciones. La organización permite sumar novatos en embarcaciones dobles, ofrece recorridos de menor distancia para principiantes (12–13 km) y pone a disposición alojamiento para delegaciones de otras regiones, incluyendo clubes del norte argentino.
El evento no tiene carácter competitivo. Su esencia es la cooperación y la promoción del remo como actividad sustentable. La ruta se inscribe dentro de un esfuerzo más amplio por posicionar a la región como destino turístico activo, cultural y respetuoso del entorno.

