Tren bala entre Río y São Paulo promete transformar la movilidad brasileña

Un proyecto de USD 12 mil millones permitirá unir las dos mayores ciudades del país en apenas 105 minutos, con impacto directo en el PIB, generación de empleo y desarrollo urbano sostenible.

Brasil dio un paso decisivo hacia la modernización de su infraestructura ferroviaria con la reactivación del proyecto del tren bala que conectará Río de Janeiro y São Paulo. La iniciativa, considerada una de las más ambiciosas del país, contempla un sistema de transporte de alta velocidad capaz de unir ambas metrópolis en tan solo una hora y 45 minutos.

Con trenes que alcanzarán velocidades de hasta 320 km/h, el trayecto de 417 kilómetros incluirá paradas intermedias en Volta Redonda (RJ) y São José dos Campos (SP), integrando regiones clave con fuerte actividad industrial, tecnológica y comercial. El precio estimado del pasaje es de unos USD 100 por tramo, un valor competitivo frente al transporte aéreo.

El proyecto del Tren de Alta Velocidad (TAV) representa una inversión total de aproximadamente USD 12 mil millones y ya cuenta con autorización federal por 99 años, concedida mediante el nuevo marco legal ferroviario, que permite su ejecución por autorización directa, sin necesidad de licitación tradicional.

Según el cronograma oficial, los estudios de viabilidad técnica, económica y ambiental (EVTEA) deberían estar concluidos para fines de 2026. Las obras están previstas para comenzar en 2027, y la operación comercial iniciaría en 2032.

Los impactos económicos proyectados son significativos: se estima un incremento de USD 33,6 mil millones en el Producto Interno Bruto (PIB) brasileño hasta 2055, junto con la creación de aproximadamente 130 mil empleos directos e indirectos y una recaudación tributaria de USD 9,2 mil millones.

Más allá de la movilidad, el tren bala impulsará el desarrollo urbano e inmobiliario a lo largo de su recorrido. Se espera que la instalación de estaciones fomente la construcción de centros comerciales, hoteles, oficinas y zonas residenciales, con una proyección de ingresos por USD 5,4 mil millones solo en el sector inmobiliario. Modelos internacionales como el de Corea del Sur —donde una estación ferroviaria dio origen a una nueva ciudad con más de 600 mil habitantes— sirven de inspiración para el modelo brasileño.

La sostenibilidad también es una característica central del proyecto. Al operar con bajas emisiones de carbono, el TAV se presenta como una alternativa ecológicamente responsable frente al transporte por carretera y aéreo, ayudando a reducir la congestión y el tiempo de viaje entre las dos capitales.

El Consejo Regional de Ingeniería y Agronomía de Río de Janeiro (Crea-RJ) destacó que la iniciativa representa un hito para la ingeniería nacional, al integrar diversas disciplinas como infraestructura ferroviaria, ingeniería ambiental y planificación urbana. El proyecto también refuerza el papel de la tecnología brasileña, con foco en la seguridad, la innovación y la eficiencia.

Se mantienen negociaciones con empresas internacionales para asegurar el suministro de tecnología y conocimientos técnicos. China —líder global en trenes de alta velocidad— es una de las principales candidatas, junto con firmas de España y países árabes. Se prevé incorporar sistemas modernos de señalización digital, trenes de última generación y estándares de seguridad compatibles con los mejores del mundo.