¿Qué costo tiene el shutdown para el turismo en EEUU?

El “shutdown” en Estados Unidos ya generó pérdidas de más de 1.800 millones de dólares en el turismo.

La paralización parcial del gobierno federal estadounidense, vigente desde el 1° de octubre, se agrava día a día. Según la U.S. Travel Association (USTA), el país ya perdió más de 1.800 millones de dólares en viajes domésticos, mientras aeropuertos, parques nacionales y museos enfrentan cierres y demoras.

El shutdown, consecuencia del bloqueo presupuestario en el Congreso, paralizó miles de servicios públicos y mantiene sin pago a cientos de miles de empleados federales. En el sector turístico, el impacto es inmediato: según un contador en tiempo real del sitio de la USTA, las pérdidas crecen cada segundo que el gobierno permanece cerrado.

“Este cierre está causando un daño real e irreversible”, advirtió Geoff Freeman, presidente y CEO de la U.S. Travel Association. “Los viajeros enfrentan colas interminables en los controles de seguridad y retrasos en los vuelos; algunos aeropuertos ya redujeron operaciones y varias torres de control están fuera de servicio. Cuanto más dure esta situación, peores serán los efectos en las comunidades locales, las pequeñas empresas y el país entero”, añadió.

Atracciones turísticas cerradas y servicios suspendidos

La consecuencia más visible del shutdown se da en el cierre de atracciones federales. Parques emblemáticos como el Grand Canyon, Yellowstone y Yosemite tienen sus centros de visitantes, baños y programas guiados clausurados.

La Smithsonian Institution —que incluye el National Air and Space Museum, el National Museum of Natural History y el National Zoo en Washington D.C.— también suspendió actividades, al igual que monumentos gestionados por el National Park Service, como la Estatua de la Libertad y Ellis Island.

Aunque algunos parques permanecen técnicamente accesibles, la ausencia de personal de limpieza y mantenimiento representa riesgos ambientales y de seguridad. En edificios federales, como el Capitolio o la Casa Blanca, las visitas guiadas fueron canceladas.

Aerolíneas y aeropuertos bajo presión

El transporte aéreo atraviesa una situación crítica. Los controladores aéreos y agentes de la TSA (seguridad aeroportuaria) son considerados trabajadores “esenciales”, pero deben cumplir funciones sin recibir salario inmediato.

En crisis anteriores, este esquema derivó en un aumento de ausencias laborales y una caída de la eficiencia operativa. Hoy se repite el escenario: colas más largas, vuelos demorados y terminales con servicios reducidos.

Además, la formación de nuevos controladores y el mantenimiento técnico de equipos están suspendidos, lo que agrava la escasez estructural de personal. Según la USTA, hasta un 60 % de los estadounidenses podría cancelar o evitar viajes aéreos si el conflicto continúa.

Consecuencias económicas y políticas

El costo del shutdown supera los 400 millones de dólares diarios, según cálculos de Fox News, y ya forzó el despido de más de 4.000 empleados federales, informó The Washington Post.

Mientras la administración Trump defiende la medida como un mecanismo para “reducir gastos y eliminar burocracia innecesaria”, los economistas advierten que la parálisis ralentiza el crecimiento, afecta al empleo turístico y crea un efecto dominó en cadenas de valor regionales.

El impacto se amplifica en un contexto de tensiones políticas: el gobierno enfrenta críticas por el aumento del costo del visado electrónico ESTA (de 21 a 40 dólares) y por las nuevas restricciones al visado laboral H-1B, que introduce una tasa anual de 100.000 dólares. Estas medidas, junto con la incertidumbre presupuestaria, complican la llegada de visitantes y trabajadores extranjeros.

Efectos sobre el turismo internacional

En paralelo, los indicadores muestran un descenso del 6 % en la llegada de turistas franceses entre enero y agosto de 2025, según Brand USA. En Nueva York, guías locales reportan una caída de hasta 60 % en las reservas de turistas europeos, mientras que la demanda hacia Estados Unidos se desplaza hacia Canadá y América Latina.

“El atractivo del país sigue siendo fuerte, pero el contexto político y operativo desanima a muchos viajeros”, explicó una guía independiente de Manhattan.

Un daño que crece segundo a segundo

El presidente de la USTA resumió el impacto en una frase: “Cuando el viaje se interrumpe, los efectos se sienten en cada rincón del país”.

A medida que las pérdidas superan los 1.800 millones de dólares, el turismo estadounidense se enfrenta a un nuevo desafío: recuperar la confianza de los viajeros y reactivar un motor económico que, por ahora, avanza a paso lento.