Conciertos, festivales y eventos deportivos generan un fuerte impacto económico en los destinos, y los hoteles están capitalizando al máximo esta tendencia con estrategias de precios, paquetes y experiencias únicas.
El fenómeno del live tourism –viajes motivados por experiencias presenciales como conciertos, partidos de fútbol, festivales o grandes ferias– se consolida como uno de los motores más rentables para la industria hotelera. Desde el Super Bowl en Estados Unidos hasta la gira mundial de Taylor Swift, los hoteles han encontrado en estos eventos una oportunidad para elevar tarifas, aumentar ocupación y generar ingresos adicionales.
Según expertos de la industria citados en un reporte de la revista estadounidense Hotels Magazine, este tipo de viajes se percibe como experiencias “únicas en la vida”, lo que reduce la sensibilidad al precio. Así, los hoteles aprovechan la alta demanda con estrategias de revenue management que van desde precios dinámicos hasta estancias mínimas obligatorias.
La gira de Taylor Swift, por ejemplo, disparó tarifas en ciudades como Indianápolis, Nueva Orleans y Toronto, donde las tarifas diarias promedio crecieron más de 100% interanual. Algo similar ocurre con eventos deportivos: en el Super Bowl LIX en Nueva Orleans, el ADR subió 42.8% hasta los US$ 314 en promedio, y el RevPAR alcanzó US$ 222.
Pero los ingresos no se limitan al alojamiento, ya que los hoteles se enfocan en maximizar el consumo dentro del establecimiento: desde activaciones temáticas y coctelería especial hasta merchandising y experiencias personalizadas. Incluso algunos hoteles han recibido pedidos para alquilar sus fachadas como vallas publicitarias durante los megaeventos.
El fenómeno no solo impacta a los hoteles cercanos al lugar del evento. Como explica Simon Chapman, gerente general de The Benjamin Royal Sonesta en Nueva York, la “compresión” de la demanda lleva a que viajeros reserven en zonas secundarias o terciarias, beneficiando a toda la oferta de hospedaje. Con la Copa Mundial FIFA 2026 a la vista, cadenas internacionales ya afinan estrategias para capitalizar un mes entero de alta ocupación en EE.UU., México y Canadá.
Además de los precios, los hoteles diseñan experiencias diferenciadas: paquetes VIP para el US Open con entradas y merchandising oficial, eventos temáticos como talleres de pulseras para swifties, o habitaciones decoradas al estilo Roland Garros en París.
La fidelización también juega un rol central. Programas como ALL de Accor o World of Hyatt aprovechan sus patrocinios en tenis y fútbol para ofrecer beneficios exclusivos a sus miembros, reforzando la lealtad a través de experiencias memorables.