La capital italiana vivió una semana de alta actividad cultural, comercial y turística con la llegada de fieles de 146 países, que generaron un fuerte impacto económico.
Roma recibió a más de un millón de peregrinos entre el 28 de julio y el 3 de agosto en el marco del Jubileo de la Juventud, una de las principales celebraciones del Año Santo 2025 convocado por la Iglesia Católica. El evento no solo tuvo un profundo significado religioso, sino que también impulsó significativamente la economía local y el sector turístico.
Según datos de la Prefectura de Roma y del sector hotelero, la ocupación alcanzó el 95 %, gracias al impacto de la masiva afluencia internacional. Restaurantes, comercios y servicios de transporte público también reportaron incrementos importantes en la demanda.
El Dicasterio para la Evangelización señaló que, además de participar en las ceremonias litúrgicas, los peregrinos visitaron sitios emblemáticos como el Coliseo, la Fontana di Trevi y la Ciudad del Vaticano, lo que generó ingresos adicionales por entradas, recorridos guiados y consumo cultural.
Frente al desafío logístico que representó la llegada de fieles de 146 países, las autoridades municipales desplegaron un operativo especial que incluyó:
- Extensión de horarios en el transporte público.
- Instalación de puntos de hidratación y atención médica gratuita.
- Refuerzo de la seguridad en áreas de alta concentración de visitantes.
Organismos turísticos y expertos en movilidad recomendaron a futuros peregrinos planificar sus viajes con antelación, realizar reservas tempranas y optar por rutas peatonales para disfrutar mejor de la ciudad y evitar aglomeraciones.
El Jubileo de la Juventud reafirma así el papel de Roma como centro espiritual global, pero también como un motor de dinamismo económico y promoción cultural.