¿Cómo se distribuye el valor del turismo en Chile y América Latina?

Investigación chilena revela que el 22% del ingreso turístico escapa del país y urge fortalecer cadenas regionales

Una reciente investigación del profesor Nicolás Garrido, director del Instituto de Políticas Económicas de la Universidad Andrés Bello (UNAB), puso en evidencia un fenómeno poco visibilizado en torno al turismo: la distribución internacional del ingreso generado por esta actividad. Su estudio, publicado en la revista Tourism Economics, concluye que el 22% del ingreso generado por el gasto turístico en Chile termina saliendo del país, sin ser redistribuido de forma significativa en el resto de América Latina.

Durante 2024, el turismo representó un 9,7% del PIB nacional, superando la contribución de muchos sectores tradicionales. No obstante, Garrido advierte que el “sector turismo” es en realidad un entramado multisectorial que involucra desde hoteles y restaurantes hasta servicios empresariales, donde cada peso gastado por un turista se difunde a través de esta red.

El problema, según el investigador, es que parte importante de ese ingreso escapa del país mediante mecanismos como la reserva de alojamientos a través de plataformas digitales con sede en el extranjero. “Chile exhibe el mayor déficit relativo de ingresos turísticos entre los países analizados”, señala Garrido, quien destaca que esta dinámica refleja la posición periférica del país en las cadenas globales de valor del turismo.

El estudio abarca nueve países que representan más del 80% del turismo regional y arroja dos hallazgos clave: el primero, que cerca del 80% del gasto de un turista en la región permanece en el país visitado, mientras que el 20% fluye al exterior, mayoritariamente fuera de Latinoamérica. El segundo, que los países más integrados al comercio de servicios turísticos tienden a registrar mayores déficits en su balanza de ingresos por turismo.

Como estrategia, Garrido propone fortalecer las cadenas de valor turísticas dentro de la región, mejorar la productividad y fomentar capacidades exportadoras. “Esta no es solo una cuestión de mejorar indicadores económicos; es una cuestión de redefinir la inserción de la región en la economía global del turismo”, concluye.