La aerolínea de bandera Aerolíneas Argentinas enfrenta tensiones laborales, con las negociaciones en un punto muerto y, en el horizonte, el deseo del gobierno de llegar al cierre de la compañía.
Aerolíneas Argentinas se encuentra en medio de una crisis significativa, marcada por negociaciones estancadas con tres de sus principales sindicatos: la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) y la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA).
Estas organizaciones aún no han firmado la nueva paritaria propuesta por la empresa, lo que llevó a una serie de reuniones prolongadas y hasta ahora sin resultados concretos. Por lo menos, por el momento sigue la negociación, tras una serie de paros y otras medidas sorpresivas que afectaron el curso normal de los vuelos la semana pasada.
Después de algunos vuelos cancelados y varias protestas, las autoridades trasandinas y los gremios de la aerolínea volvieron a negociar, en medio de la suspensión de las medidas de fuerza.
Este lunes, en encuentros que se extendieron por más de nueve horas, las autoridades de la aerolínea estatal buscaron que los sindicatos cedieran en ciertos beneficios laborales a cambio de una mejora salarial.
Entre las concesiones solicitadas se incluyen la eliminación de traslados en remises, ajustes en los tiempos de servicio y vuelo, eliminación de asientos de descanso en clase ejecutiva, eliminación del día libre por cumpleaños y la obligación de aceptar vuelos reprogramados. Sin embargo, APLA se negó a firmar el acuerdo, lo que resultó en un cuarto intermedio hasta este martes.
La situación llevó a la empresa a considerar la implementación de un Procedimiento Preventivo de Crisis de Empresa (PPCE), una medida que podría implicar despidos o suspensiones masivas. Según la ley argentina, este procedimiento debe tramitarse antes de cualquier comunicación de despidos por razones económicas o tecnológicas y se aplica cuando la propuesta del empleador incluye una reducción significativa de la planta de personal.
Desde el inicio de la presidencia de Javier Milei, Aerolíneas Argentinas redujo su plantilla en 1.334 trabajadores, y actualmente cuenta con 10.592 empleados.
Mientras tanto, otros dos sindicatos, la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA) y la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), ya la paritaria. Los tres sindicatos restantes buscan una recomposición salarial que oscila entre el 25% y el 70%, mientras que la empresa ofrece un 11%, alineado con el aumento otorgado a los empleados estatales.
La posibilidad de privatización de la aerolínea ha sido mencionada por el Ejecutivo argentino, aunque fuentes oficiales admiten que, por el momento, no hay interesados en adquirir la compañía debido a las condiciones laborales existentes.