Este año ha sido una temporada excepcional para los centros invernales chilenos, marcada por condiciones climáticas favorables y un notable incremento en la cantidad de visitantes, en gran parte impulsado por turistas brasileños.
Centros como Valle Nevado, El Colorado, Farellones y La Parva han registrado cifras históricas, superando ampliamente las expectativas y posicionando a la industria del turismo invernal en un momento muy positivo.
La temporada comenzó en mayo, antes de lo previsto, y gracias a las abundantes nevadas muchos centros extendieron sus operaciones más allá de las fechas habituales. Valle Nevado, por ejemplo, anunció tiempo atrás que mantendrá sus pistas abiertas hasta el 20 de octubre, sumando 143 días de operación y proyectando cerrar el año con 300.000 visitas.
Ricardo Margulis, gerente general del centro, señaló al diario El Mercurio que esta ha sido la mejor temporada en la historia de Valle Nevado, destacando la ocupación superior al 90% en sus hoteles y el importante papel que desempeñaron los turistas extranjeros, especialmente los brasileños, quienes representaron el 60% de los visitantes internacionales.
Por su parte el centro El Colorado y el parque Farellones también experimentaron una temporada exitosa, con un total de 435.000 visitas combinadas. Karin Oettinger, subgerente de marketing de Andacor, comentó que estos números superaron todas las expectativas, con un crecimiento significativo tanto de turistas locales como internacionales.
Por su parte, La Parva, que generalmente cierra en septiembre, extendió su temporada hasta el 6 de octubre, alcanzando más de 120.000 visitantes. Camila Margozzini, gerenta comercial, atribuyó este éxito a las excelentes condiciones climáticas y a las promociones especiales, como la venta anticipada del Pase de Temporada 2025, que permite a los esquiadores disfrutar tanto del final de la temporada 2024 como de todo el invierno 2025.
Sin embargo, este auge en el turismo de esquí también puso de manifiesto algunos desafíos, particularmente en cuanto a la infraestructura vial. Margulis y Oettinger coincidieron en la necesidad de mejorar los accesos hacia la cordillera, señalando que la Ruta G21, que conecta Santiago con los centros de esquí, es insuficiente para manejar el aumento del tráfico generado por el crecimiento demográfico de la capital y el boom turístico.